Inicio Blog ¿Cómo realizar el control de esfínteres con éxito?

El control de esfínteres es el proceso por el cual se enseña a los niños a controlar la vejiga y los intestinos. La mayoría de los niños alcanzan este logro entre los 2 y los 4 años de edad, pero hay que tener en cuenta que cada niño se desarrolla a su propio ritmo.

Al igual que hablar, comer o caminar, controlar los esfínteres refiere a un tema de maduración más que de aprendizaje en sí. Esta adquisición, requiere de tiempo, pues se alcanza paulatinamente. El hecho de haber normalizado que el niño de 2 años ya debe controlar sus esfínteres supone un problema para él y para sus padres o referentes adultos.

En esto como en todo, la edad del niño es orientativa. Habrá niños que recién cumplidos los dos años ya están preparados y, sin embargo, otros con 3 no terminen de estar maduros en algunos aspectos. Lo que sí que es cierto es que hay una serie de fases por las que pasan todos los niños a lo largo de la maduración:

Primero, todos hacen sus necesidades en el pañal sin importarles y sin mostrar interés ninguno al respecto. Después, suelen avisar cuando han hecho y se sienten sucios o molestos por llevar el pañal sucio. Poco después, avisan cuando están evacuando. Más adelante, registran que están evacuando y pueden avisar antes de hacer pipí o caca y, por último, se percatan de sus ganas de evacuar, avisan y llegan al wáter sin que se les escape nada. Son capaces de esperar.

¿Está tu bebé en situación de dejar el pañal?

En primer lugar, tu bebé debe ser capaz de mantener el pañal seco durante mucho más tiempo que cuando era más pequeño. Es muy importante que sepa coordinar todos sus movimientos corporales y tener autonomía para subir y bajar solo sus pantalones. Los niños que consiguen deposiciones más blandas y que hacen caca con cierta regularidad, son también más propensos a dejar antes del pañal. Sin embargo, los niños que sufren estreñimiento ocasional o que manifiestan dificultades para evacuar, tardarán más tiempo en coger confianza y en hacer sus deposiciones en el váter, por lo que tendrás que cambiar el pañal con más frecuencia y esperar un poco para quitárselo definitivamente. Por último, y la más determinante a la hora de saber si tu bebé está preparado son capaces de avisar a sus padres o educadora de que tienen ganas de hacer pipí o caca.

¿Qué es mejor: orinal o adaptador para el váter?

En mi opinión utilizar el orinal en el control de esfínteres es innecesario, al margen del espacio que ocupa, que evidentemente es mayor que el de un receptáculo clásico, también hay que limpiarlo y los peques pueden echarlo de menos, mientras aprenden, a la hora de salir de casa. En este caso, alargaría el proceso del control de esfínteres porque se tendría que acostumbrar al orinal y luego al inodoro.

Personalmente, creo que cuanto antes pase el niño a usar el inodoro, mejor. Con un reductor es sencillo para ellos, no "se cuelan" y al fin y al cabo es lo que encontraremos cuando salgamos de casa, no hay que tener miedo a usar el váter.

¿Qué riesgos podemos notar si adelantamos el proceso?

  • Estreñimiento: Se estriñe a partir de que empiezas con el proceso.
  • Conflictos: La relación entre el niño y los padres entra en conflicto. El proceso “Adiós al pañal” se convierte en una lucha de voluntades (tu hijo es el único que decide cuándo y dónde hacer).
  • Baja autoestima: La autoestima del niño se deteriora, se siente fracasado, culpable y avergonzado por no poder hacer lo que los adultos le piden, ya que él todavía no tiene el absoluto control de sus músculos (esfínteres).

¿Cómo empezamos el control de esfínteres en Wonderland?

Aquí en Wonderland empezamos el control de esfínteres en la clase de 2 a 3 años, sobre Mayo, aprovechando también el buen tiempo. El año anterior conseguimos quitar el pañal a todos los peques y estoy segura de que este año con esfuerzo también lo conseguiremos.

La primera vez le animaremos a que se siente en el orinal, aplaudiendo su equilibrio y el hecho de que sea capaz de bajarse y subirse la ropa. Si notamos cierta resistencia, le podemos permitir que se siente vestido y permanezca un tiempo, y le adelantamos que, a partir del día siguiente, empezará a usarlo a ratos para aprender. Estas sentaditas no pasarán de tres minutos: no tienen por objetivo que orine o defeque, sólo que se familiarice con la situación para evitar miedos posteriores. Para llevarlas a cabo no se debe obligar al pequeño a abandonar actividades en las que esté concentrado. Si es conveniente procurar que los intervalos sean regulares. Tenemos que estar atentos por si observamos que el niño suele hacer deposiciones a una determinada hora, si han pasado un par de horas o tres desde la última micción, si acaba de levantarse de la siesta, si por la mañana amanece seco, aumentarán las posibilidades de que se produzca un vaciado en el orinal. No debemos obsesionarnos con preguntarle cada poco tiempo si quiere ir al baño, ni dedicar más de 10 a 15minutos en total al día a que esté sentado. ¡Y tenemos que contar con que habrá accidentes!

También, aunque estemos en los 2 añitos de edad, clase de la cual soy tutora os recuerdo que todavía queda muchos meses por delante para que los peques tengan la oportunidad de desprenderse del pañal.

¡¡Mucho ánimo, juntos lo conseguiremos!! Y espero que tengáis una buena experiencia con la llegada de este buen tiempo.